Las salvaguardas operativas son políticas esenciales que permiten identificar, evitar y minimizar el daño a las personas y al medio ambiente. Estas políticas operativas son guías de acción y estándares de buenas prácticas sociales y ambientales, exigidos como condición para recibir el apoyo del Banco Mundial-GEF en proyectos de inversión, como el TPS.
Las salvaguardas priorizan las medidas preventivas sobre las de mitigación o compensación, y tienen como objetivos principales:
El propósito de estas salvaguardas en las actividades productivas es aprovechar el potencial de los recursos naturales para reducir la pobreza de manera sostenible, al tiempo que se protegen los servicios ambientales cruciales que brinda la naturaleza.
El Proyecto TPS se centra en contrarrestar el daño causado por los modelos convencionales de uso y aprovechamiento productivo de los recursos naturales sobre la biodiversidad y el medio ambiente. Por lo tanto, es fundamental reconocer los riesgos inherentes y asociarlos con el contexto del desarrollo y la intervención de los subproyectos.
Para garantizar la eficacia de las medidas de gestión y mitigación de riesgos, el Proyecto TPS implementa políticas operativas claras, asegurando así que:
El Proyecto TPS está clasificado como Categoría B, lo que indica que es poco probable que las inversiones propuestas tengan impactos negativos significativos en las poblaciones humanas.